viernes, 8 de julio de 2016

La Bandera de Colombia en los Olímpicos


Tremendo lío se ha armado por culpa del poder económico. Acusaciones, comunicados, desorden institucional y un descontento general dejó la elección del deportista que llevará la bandera de Colombia en la inauguración de los Juegos Olímpicos de Río 2016.

El Comité Olímpico Colombiano olvidó de qué se trata el espíritu olímpico y ha vendido el honor de llevar la bandera del país. Llevar la bandera no es algo que se deba elegir a través de los votos de un puñado pequeño de colombianos y menos si es a través de un medio cerrado como el que propuso y aplicó la empresa Claro. Si se puso a votar a la gente, pues el COC debió hacerlo por medios abiertos, una página a la que todo el mundo tuviera acceso, o con todos los operadores móviles disponibles y en consonancia con la unión que genera la participación olímpica colombiana.

Hoy día el abanderado es Jossimar Calvo, elegido por un poco más de 100 mil votos que a mi modo de ver no representa a Colombia en términos de votación, y no estoy diciendo que el no sea un digno representante del olimpismo colombiano o que no merezca llevar este símbolo patrio, de hecho ya ha portado el pabellón nacional y seguramente hará ondear la bandera en la villa olímpica con una actuación de oro, pero por culpa de una gran desorganización institucional con seguridad Calvo no estará en el desfile inaugural ya que al día siguiente inicia su participación en los Juegos y estar un poco más de 6 horas de píe no es lo mejor para su participación en las justas.

No sólo eso, su elección ha quedado bajo un manto de dudas debido a las declaraciones de Caterine Ibargüen en las que señala que debido a que ella es patrocinada por DirecTV y la votación la organizó Claro, sus posibilidades de ser la abanderada serían nulas. Después conocerse la votación ella ha quedado de segundo lugar con un poco más de 50 mil votos (valor que tampoco representa a Colombia) y afirma de cierta manera, ya que no han mostrado el detalle de las votaciones, lo que ella aseguró en su cuenta de Instagram.

Y esto no es culpa de Claro, ellos son un patrocinador que propone un modelo de negocio que puede ser rechazado por el COC. El agua sucia no puede caerle a una empresa que ha apoyado con su dinero el ciclo olímpico colombiano. El error cae en el Comité Olímpico Colombiano que se dejó manipular por un privado que busca el retorno de su inversión con esta clase de estrategias, que repito pueden ser rechazadas.

Menudo lío le quedó en las manos al COC, ¿quién llevará la bandera colombiana? ¿se debe seguir con esta modalidad de elección del abanderado? ¿no hubiera sido más fácil una elección que viniera desde el interior del COC? ¿Al final la pataleta de Ibargüen la llevara a cargar la bandera en los olímpicos, debido a la imposibilidad de Jossimar de estar en la inauguración? amanecerá y veremos.

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