martes, 2 de agosto de 2011

COLOMBIA Vs FRANCIA






El primer partido de nuestra selección Colombia. El partido que nos iba a dejar dentro de la euforia del triunfo o dentro de la tristeza de la derrota. Íbamos a ver sí, frente al campeón de Europa de la categoría, el seleccionado cafetero nos iba a deleitar con la cara que mostró en Toulon, o si nos iba a defraudar como lo mostró en el suramericano de Perú.  Afortunadamente para el anfitrión, fue lo segundo.

El partido comenzó en la tribuna. Bogotá no es una plaza alegre y carnavalera como lo es Barranquilla. Bogotá es calculadora y fría pero al mismo tiempo irrestricta con su selección. Y eso se denotó cuando el equipo patrio saltó a la cancha a calentar. Las palmas se calentaron y las voces se unieron en un solo “Colombia, Colombia”. Las “vuvuzelas” no dejaron de sonar y los “pelados” se sintieron en casa. Como debe ser.

De ahí en adelante todo fue fiesta. El himno se escuchó cantado en Bogotá, desde el Amazonas hasta el Cabo de la Vela. El color amarillo del estadio se veía desde la luna tapada de la capital y el fútbol de Colombia fue arrollador en los primeros minutos del partido., incluso con un remate en el palo de Michael Ortega. Hasta ahí todo era perfecto, pero con la selección Colombia, cualquiera que sea la categoría, nunca hay tranquilidad. Apareció Francia, que no son ningunos troncos plantados en el césped, y abrió el marcador con un remate desde fuera del área. Silencio momentáneo en las tribunas y se presagiaba lo peor.

Pero apareció el jugador diferente, ese que gana títulos y se monta al hombro equipos que marcan historia, el número 10 de Colombia, James Rodríguez. Con esa aguja que está en su pie izquierdo, empezó a tejer el empate. Se unieron a ese telar los talentosos Ortega y Arias, y de un pase profundo del “tejedor” Rodríguez,  Arias es derribado en el área chica. Penal convertido por James y de nuevo la felicidad en la tribuna. La lluvia iba desapareciendo, no sólo en el cielo capitalino, sino también en el juego de Colombia.

El segundo tiempo fue un solo de una orquesta: La sinfónica de Colombia Sub 20. Este equipo demostró que está para grandes cosas. El pie del director James Rodríguez, le dio sonido a los músicos destacados: Michael Ortega, Luis Muriel, Santiago Arias, y en el fondo del equipo el capitán daba orden para que la sinfonía fuera completa.

El resultado al final, 4-1 a favor de Colombia, muestra la superioridad de estos muchachos en el campo de juego. Pudieron ser cinco, pero “los médicos también se mueren” y el jugador de la cancha, James Rodríguez por si acaso, erró un penal que hubiera puesto un lazo al regalo que le dieron los muchachos de la Sub20 al país, pero bueno, ya era suficiente alegría.

Este partido deja a Colombia líder en el grupo, gracias a la diferencia de goles (quien lo creyera, una selección sin anemia de gol), a Luis Muriel como uno de los goleadores parciales del torneo y a Colombia feliz por la aparición de una selección que puede ser campeona del mundo. Ojalá suceda.





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